Rihanna, la chica mala del R&B

Según la edición americana de la revista «Esquire» es la mujer más sexy del planeta en 2011, acaba de publicar un excelente nuevo disco, titulado «Talk That Talk», y ha confirmado su debut en el cine con «Battleship», versión de un conocido videojuego. Sólo tiene veintitrés años y ahora mismo el cielo parece ser su límite. Rihanna, que fue descubierta en su Barbados natal por Evan Rogers, uno de los productores y compositores más poderosos de la música comercial estadounidense actual, tenía diecisiete años cuando publicó su debut, «Music of the Sun» (2005), disco que junto a su continuación, «A Girl Like Me» (2006), la presentó como una de las grandes promesas del R&B moderno. Una profecía que se acabó cumpliendo con el exitoso «Good Girl Gone Bad» (2007), trabajo que incluía la canción que la convirtió en una estrella a nivel mundial, «Umbrella», y primer álbum donde Rihanna empezaba a mostrar su lado más sexy y descarado. 


A partir de este momento, y cuando se encontraba en la cumbre profesional, inicia un pequeño descenso a los infiernos a nivel personal por culpa de su tormentosa relación con el también cantante Chris Brown. Un descenso que llega a su fin tras una violenta discusión en 2009, una agresión de Brown y unas fotos de Rihanna con los moratones provocados por la brutal paliza que dan la vuelta al mundo. Debido a esa trifulca, la cantante no pudo actuar en la gala de los Grammy de ese año.


Peligrosa y salvaje 
Pocos meses después del triste incidente, y consciente de que lo que no te mata te hace más fuerte, Rihanna empieza a jugar de forma inteligente con su imagen de mujer bella y con curvas pero peligrosa y salvaje, capaz de todo en términos artísticos y quizá también en la vida real. Publica entonces «Rated R» (2009), primer disco donde ya interpreta de forma consciente el papel de chica mala y devora-hombres. 


Esta nueva imagen acaba cristalizando ya de forma plena en «Loud» (2010), un trabajo que contiene una de sus canciones y vídeos más polémicos, «Man Down», en la que Rihanna interpreta a una víctima de abusos sexuales que se acaba tomando la justicia por su mano al matar a su agresor de un tiro por la espalda. 


Lejos de querer zafarse de su imagen de «enfant terrible» del R&B actual, sigue en sus trece, como demuestra el vídeo del single de presentación de su excelente nuevo álbum (crítica adjunta en esta página), «Talk That Talk» (2011). «We Found Love» muestra a la caribeña en actitud desafiante en una historia de amor tortuosa llena de drogas y demás excesos. «Para mí es más duro ser vulnerable que ir de dura por la vida», afirmaba hace poco en «Cosmopolitan». Parece ser que a Rihanna también le gusta jugar al despiste.


Aficionada al retraso
Pero lo que está claro es su tirón indiscutible. Esta semana, 17.000 personas llenaron el estadio O2 de Praga (República Checa), un número similar al de asistentes que se esperan en sus citas de Madrid (14 de diciembre) y Barcelona (15). Aunque conviene lanzar un aviso a navegantes: la nueva diva le está cogiendo afición a una de las costumbres más odiosas del «star system»: salir tarde al escenario. Hace poco hizo esperar a su público londinense una hora sobre la anunciada para empezar a cantar y se ganó unos justos abucheos. La de Barbados puede grabar un tema con Coldplay y al mismo tiempo invadir Roma en carteles gigantes como la nueva imagen navideña de Armani. 


El escocés de moda
Telonero de la gira europea de Rihanna, Calvin Harris (en la foto)  es también  productor destacado de «Talk That Talk», entre otros. De hecho, es el culpable de las canciones más orientadas a la pista de baile, como ese single ganador
que es «We Found Love». El escocés también ha colaborado con otros rompepistas de eficacia probada como Kylie Minogue, LMFAO o Mary J. Blige’s. Harris ha conocido más éxitos por arreglar las canciones de los demás que por las suyas, y ya prepara su tercer disco.